“Las joyas de pasar, la historia a través de la joyería”
POST DESTACADOS
-
HISTORIA
29 de abril, 2025
-
GEMOLOGÍA
22 de abril, 2025
-
GEMOLOGÍA
22 de abril, 2025
-
OTRAS CURIOSIDADES
15 de abril, 2025
Si somos amantes de las joyas habremos escuchado muchas veces hablar de “Las Joyas de Pasar” y seguro que nos ha llamado la atención. Pero ¿sabemos que son las Joyas de Pasar?, ¿de dónde sale esta expresión?, ¿cuáles son estas joyas?
Vamos a intentar averiguar algo más sobre este tema dando un paseo por la historia reciente de España.
El término “Joyas de pasar” lo acuñó doña María de las Mercedes de Borbón, abuela del Rey Felipe VI para referirse a las alhajas que su marido, D. Juan de Borbón, había heredado de su madre, la reina Victoria Eugenia. Fue la reina Victoria Eugenia la que además de legárselas al conde de Barcelona, le pedía que, en la medida de lo posible, continuasen en poder del jefe de la casa Borbón en España.
La reina Victoria Eugenia falleció el año 1969 habiendo hecho testamento seis años antes, en julio de 1963. Adjunto a este testamento se encontraron dos codicilos, uno de ellos referente a las joyas de pasar en el que indicaba su deseo de que las joyas que había recibido como regalo del rey don Alfonso XIII y de la infanta Isabel se adjudicasen a su hijo Don Juan, con el ruego de que éste las transmitiese a su nieto don Juan Carlos. El resto de las alhajas se repartirían entre sus dos hijas. De esta manera, las joyas de pasar se transmiten de soberana a soberana, siguiendo las indicaciones de la reina Victoria Eugenia de España.
Esta colección se complementa con los regalos hechos por otros miembros de la Familia Real, la Reina Madre. Doña María Cristina le regalará una diadema de brillantes y perlas y un collar de perlas gruesas de seis hilos; la infanta doña María Teresa, un colgante y unos pendientes de rubíes y brillantes; la infanta doña Isabel otro colgante de zafiros y diamantes; y el príncipe viudo de Asturias, don Carlos, un brazalete de rubíes y brillantes, piezas estas últimas que corrieron suertes distintas.
Descripción de la colección
Diadema de brillantes con tres flores de lis:
Recibida por la reina Victoria Eugenia de manos de su entonces prometido Alfonso XIII con motivo de su boda y estrenada el día de sus esponsales. La joya es conocida en la familia como la Buena, y fue confeccionada en diamantes y montada en platino. Fue diseñada y producida por la joyería española Ansorena. Dibuja tres flores de lis, emblema heráldico de los Borbones, unidas por roleos y hojas, así como por ondas decrecientes. Años después fue modificada añadiéndole unas charnelas para que, además, pudiera ser lucida como cestillo (corona de base circular) y se pudiese utilizar abierta.
Diseñada por Cartier en 1920 para la reina Victoria Eugenia, esta diadema es de inspiración Art Decó y estaba adornada por diamantes y siete enormes perlas sobre una base de platino. La primera transformación de esta joya sucedió al recibir la pieza la reina Victoria Eugenia, como legado de su madrina, la Emperatriz Eugenia de Francia, quien incorporó unas esmeraldas que serían montadas primero por Ansorena y después por Cartier. En dicha transformación se sustituirían las perlas por esas esmeraldas. Ya en el exilio, la reina vendería esas esmeraldas y la tiara recuperaría su aspecto original con las perlas, pero sin la perla superior.
Al fallecer la reina la tiara pasó a manos de su hija, la infanta María Cristina, a la que el rey Juan Carlos compraría la tiara.
Regalo del rey Alfonso XII a su primera esposa, la reina Mercedes, que lo lució el día de su boda. Fue adquirido en San Petersburgo en 1877 y originalmente estaba formado por 41 perlas de alta calidad, después aligerado en cuatro perlas naturales. Se trata por tanto de un collar con 37 gruesas perlas naturales y se incluyó en el cierre un magnífico diamante talla esmeralda.
Creada por la joyería Mellerio de París en 1867. Lo adquirió Isabel II como regalo de boda para su hija la infanta María Isabel, conocida como “la Chata” . Esta joya también es conocida como la diadema de las conchas por sus motivos marinos, ya que representa el mar a través de las conchas y la espuma de las olas.
Este fue un regalo del rey Alfonso XIII a la reina Victoria Eugenia, quien lo lució en su enlace. Al fallecer dejó al menos dos collares de chatones, el más grande pasó a don Juan y, más tarde, al rey don Juan Carlos. El collar está compuesto por 30 diamantes talla brillante, engastados al estilo ruso con garras de platino, de la mano de la casa joyera Ansorena. El segundo, de menor tamaño, está compuesto por 27 diamantes y fue subastado. La joya fue adquirida por alguien cercano a la Familia Real española.
Pendientes con un brillante grueso:
Formaban parte del collar de chatones, con un brillante de gran tamaño en el centro y otros de menor formato a su alrededor. También fueron encargados a Ansorena por el rey Alfonso XIII.
Tiara de la reina María Cristina “la Rusa”:
Esta joya perteneció a la reina María Cristina y, a su muerte, fue heredada por su hijo el rey Alfonso XIII quien a su vez se la regaló a su nuera Dña. María de las Mercedes con motivo de sus nupcias con don Juan.
La pieza está realizada en platino, perlas y diamantes; coronada por dos filas de catorce perlas con forma de lagrima invertida.
Se trata de un broche con una media perla circular orlada por diamantes talla brillante, los cuales crean un marco del que cuelga una generosa perla de formato perilla. La perla original, de 55,95 quilates, fue descubierta en el Caribe hace más de 500 años y se convirtió en el regalo de Felipe II a María Tudor, reina consorte de España y reina de Inglaterra e Irlanda.
Se desconoce la identidad de su actual propietario después de haber sido subastada en Christie's en el año 2011 por un precio de 11,8 millones de dólares.
Dos pulseras iguales de brillantes:
Provienen de una pequeña corona realizada por Ansorena que, inicialmente, contaba con una base hecha de esmeraldas, rubíes y diamantes. La reina Victoria Eugenia ordenó convertirla en dos pulseras gemelas o manillas idénticas aprovechando los brillantes de esta pequeña corona, estilo Art Decó. Desde entonces han sido lucidas por las reinas de España tanto llevándolas cada una en una muñeca como sumadas en el mismo antebrazo.
Cuatro hilos de perlas grandes:
Podrían haber pertenecido a la Infanta Isabel primogénita de la reina Isabel II. Probablemente fueron dejadas en herencia a la reina Victoria Eugenia a su muerte. La condesa de Barcelona cuenta en sus memorias que repartió los cuatro hilos entre las mujeres de la familia. Y así, por expreso mandato, tal y como indicó la Reina en su día, en 1975, tras la proclamación de Juan Carlos como Rey de España, las joyas de pasar formaron parte del ajuar de Doña Sofía.
Posteriormente, en el año 2014, tras el nuevo nombramiento como Rey de don Felipe, es ahora Dña. Letizia quién presume de tenerlas en su poder
MONTE DE PIEDAD DE CAIXABANK.
Fuentes:
- Wikipedia
- Artículo Vanity Fair 21 de Agosto de 2021 “Las joyas de pasar, una a una: analizamos las tiaras, pulseras y collares que ha heredado Letizia y algún día lucirá Leonor”.
- Artículo Balclis 17 de junio 2020 “¿Qué son las joyas de pasar? Al descubierto el joyero real”. https://balclis.com/es/blog/3-que-son-las-joyas-de-pasar-al-descubierto-el-joyero-real/
- Real Academia de la Historia: https://dbe.rah.es/biografias/8959/maria-isabel-francisca-de-asis-de-borbon-y-borbon