“Una joya mítica envuelta en misterio”
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Para saber la respuesta tendremos que esperarnos al final de la película, o mejor dicho esta entrada de blog para averiguar si el Corazón del Mar, nombre que recibió el famoso collar en la película, efectivamente fue real…
Así que quizás lo primero que deberíamos preguntarnos para desvelar este enigma es si existen los diamantes azules… y la respuesta es que sí, existen diamantes azules naturales (que ya sabemos que sintéticos hay de todos los colores) y se encuentra dentro de la categoría diamantes fantasía o Fancy.
Los diamantes azules son causados por las impurezas del boro y, por lo tanto, al ser un elemento químico poco abundante en la Tierra, también los diamantes azules son extremadamente raros. Así que no es de extrañar que estos diamantes solo puedan localizarse en minas muy concretas, como la mina de Argyle en Australia, la de Golconda en la India o la de Cullinan en Sudáfrica. Fue además en esta última, en las minas de Cullinan, donde se encontró el mayor diamante hallado en toda la historia del que se tenga conocimiento y del cual se talló el Cullinan I y el Cullinan II, diamantes engastados respectivamente en el Cetro y la corona de la Casa Real Británica.
Entonces, si pueden existir diamantes azules naturales, ¿podrían existir del tamaño del de El Corazón del Mar con un peso de 56 kilates?
Existen dos diamantes azules muy conocidos de gran tamaño, aunque sin llegar al de la envergadura de la película.
El “De Beers Cullinan Blue” cuenta con 15,10 quilates de talla escalonada y que fue hallado en la mina sudafricana de Cullinan en 2021. Un diamante impecablemente tallado por el artesano Diacore que invirtió un año en darle forma. Este diamante ha sido además calificado por el GIA (el Instituto Gemológico de EE UU) como un diamante “azul vívido”, el mayor grado de color que pueden recibir este tipo de gema y que solo reciben un 1% de ellas.
Otro diamante azul, en el que además se inspiró el Corazón del mar, es el Diamante Hope, un diamante azul marino con un peso estimado de 45.52 quilates, del tamaño de una nuez. No es el mayor del mundo ni el más refinado. De entre los diamantes azules, tampoco es el más grande. Eso sí, ninguna otra gema posee un azul tan intenso, profundo e indescifrable como el que irradia el Hope.
Curiosamente este diamante ha sido legendario por la supuesta maldición que se le achaca pues han existido siempre rumores de que ha sido el culpable de las desgracias de muchos de sus dueños. El diamante Hope tiene su origen en el diamante Tavernier Blue, que inicialmente se encontraba en la mina Kollur, ubicada en Golconda, India. En el año 1668, Tavernier lo vendió al rey Luis XIV de Francia, donde permaneció con la realeza francesa hasta que fue robada en plena revolución cuando Luis XVI y María Antonieta fueron decapitados. Después pasó décadas perdido hasta que en 1839 lo compró Henry Hope en Inglaterra, motivo por el cual ahora se le conoce como diamante Hope. Se sabe que en 1949 el famoso comerciante de gemas Harry Winston lo compró y lo entregó al Museo Nacional de Historia Natural de los Estados Unidos en 1958, donde ha estado expuesto hasta hoy en día.
¿Y entonces, existió un diamante azul real que pudiera hundirse con el Titanic?
Pues la respuesta es que NO. El collar fue creado como parte de la trama de la película y se fabricó exclusivamente para este film por los joyeros Asprey & Garrad. Pero como es de imaginar, no se utilizó ningún diamante azul para su fabricación, sino una tanzanita azul con la forma de un corazón sin hendidura, rodeado de zircones cúbicos blancos de talla redonda engastados en oro blanco.
Asprey & Garrard diseñó y produjo tres collares distintos, dos de ellos aparecen en la película y el tercero no se usó hasta que se estrenó la película. Los tres collares son conocidos comúnmente como «la utilería original», el «collar J. Peterman» y el «collar Asprey», respectivamente. Todos son muy similares, pero tienen detalles que los diferencian.
Por lo tanto, no existió ningún diamante azul natural que se hundiera con el mediático Titanic, pero sí que existen diamantes azules naturales considerados como gemas muy poco comunes y extraordinarias, pero que nada tienen que ver con el misterio que rodea a este naufragio.
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