“Conozcamos un poco sobre el proceso de formación de esta curiosa piedra”
POST DESTACADOS
-
HISTORIA
29 de abril, 2025
-
GEMOLOGÍA
22 de abril, 2025
-
OTRAS CURIOSIDADES
15 de abril, 2025
-
HISTORIA
15 de abril, 2025
Antes que nada, nos sentimos obligados a aclarar que el ópalo no es mineral, ya que no tiene una estructura definida. Es amorfo, sin embargo, nos encontramos ante una piedra preciosa muy interesante.
A diferencia de otras piedras como el cuarzo o el ágata, que tienen una estructura cristalina, el ópalo está formado también por sílice sin una estructura de átomos ordenada.
Este hecho le otorga una apariencia única, siendo responsable de que el brillo y el color cambien según como reciba la luz.
El ópalo está compuesto principalmente de sílice (SiO2) y agua (H2O), pudiendo contener hasta un 30% del segundo, lo que le confiere algo de fragilidad si se seca demasiado. Este contenido de agua afecta no sólo a la dureza (6/6,5 en la escala de Mohs) y a su estabilidad, sino también a sus colores. Cuanto mayor sea el porcentaje de agua, más probable es que el ópalo muestre colores brillantes. La desventaja es que la piedra es mucho más propensa a secarse y agrietarse y puede rayarse con más facilidad.
La formación de ópalos es un proceso geológico fascinante que requiere de condiciones muy específicas.
Para que este hermoso mineral pueda formarse se requiere que el agua abundante en sílice (generalmente agua subterránea que ha estado en contacto con rocas ricas en este elemento) se desplace por la corteza terrestre, a menudo a través de grietas o fisuras. Esta agua puede provenir de diversos orígenes, como, por ejemplo, fuentes termales o de la descomposición de rocas volcánicas ácidas.
A medida que el agua se filtra y se evapora, la sílice disuelta comienza a precipitarse lentamente, formando esferas microscópicas que, con el tiempo, se agrupan para formar una estructura sólida.
Uno de los lugares más comunes y favorables para este proceso lo hallamos en las rocas sedimentarias, cuando el agua con sílice se filtra en las porosidades de este tipo de rocas a lo largo del tiempo y los minerales disueltos se depositan dentro de sus cavidades, lo que contribuye a la generación de ópalos.
Otro espacio propicio lo encontramos alrededor de fuentes termales, donde el agua caliente y abundante en sílice es transportada hacia la superficie a través de fisuras en la corteza terrestre, lo que permite la deposición de la sílice en forma de ópalo. Esto ocurre generalmente en áreas de actividad geotérmica.
Todos estos procesos son muy lentos. De hecho, la velocidad en este proceso, así como las condiciones bajo las cuales se lleva a cabo influyen en las características de la gema. Factores como la temperatura, la presión, la química del agua y las condiciones geológicas locales pueden alterar su formación, lo que da lugar a una gran variedad de tipos de ópalos y lo que explica por qué los ópalos son considerados gemas.
En un futuro artículo trataremos precisamente los diferentes y más comunes ópalos (que son unos cuantos) y veremos la gama cromática tan extensa con la que cuentan.
MONTE DE PIEDAD DE CAIXABANK