“Origen, descripción y uso en joyería”
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Empecemos con lo básico, ¿qué es una perla y cómo se forma?
Lo que nos dice la RAE:
“Concreción nacarada, generalmente de color blanco agrisado, reflejos brillantes y forma más o menos esferoidal, que suele formarse en el interior de las conchas de diversos moluscos, sobre todo en las madreperlas. Se estima mucho en joyería cuando tiene buen oriente y es de forma regular.”
Lógicamente hay mucha diferencia de una perla a otra, en función de su origen, su forma, su tamaño, su color… pero debes de saber que la principal distinción, a nivel de joyería, es que sea natural, cultivada y de imitación. Ahora veremos a qué se debe esa, podríamos llamarla, primera distinción.
Las perlas se clasifican en naturales, cultivadas y de imitación en función de su formación:
¿Cómo se forma una perla natural?
Las perlas naturales se forman cuando un cuerpo extraño se introduce al interior del cuerpo del molusco, que reacciona cubriendo lentamente la partícula con una mezcla de cristales de carbonato de calcio (CaCO3) y una proteína llamada conquiolina, formando la sustancia conocida como nácar.
Si la forma extraña es inanimada, generalmente queda entre la concha y el manto formando lo que se conoce como perla blíster. Si la sustancia extraña es una larva, no puede pegarla a la concha y entonces forma un saco perlífero, que dará lugar a una perla más o menos esférica.
¿Cómo se forma una perla cultivada?
Las perlas cultivadas son formadas por ostras del mismo modo que las perlas naturales. La única diferencia es que en la naturaleza el núcleo se ha introducido por azar y en la cultivada es el hombre el que coloca un núcleo de nácar, trozo de manto o una incisión que, con el tiempo, queda rodeado de materia perlífera.
Las perlas cultivadas se forman cuando una ostra es sometida a una delicada operación, mediante la cual se inserta un núcleo esférico (hecho con la concha de otro molusco) en la gónada u órgano sexual, junto a un trocito de manto de otro ejemplar.
¿Cómo se forma una perla de imitación?
Las perlas de imitación se crean en laboratorios. Ni la crean las ostras ni se le inserta nada. Se hace a través de la esencia de Oriente, que es una suspensión de guanina en nitrato o acetato de celulosa, que se extrae tratando las escamas de ciertos peces con agua y detergente. Se impregnan con ella las esferas artificiales, se secan al horno, repitiendo varias veces la operación, se bruñen y pulen. Aquí va una curiosidad importante: España es un gran productor de este tipo de perlas.
¿Qué es la Madreperla?
Una vez que hemos hablado de cómo se pueden formar las perlas pasamos a hablar de la madreperla, más conocida como nácar.
Se trata de una sustancia dura que se forma en la capa interna de la concha de los moluscos. Es de color blanco y brillante.
Y ese nácar o madreperla que recubre a las perlas presenta un efecto especial, debido a la interacción de la luz en las diversas capas. Este efecto se denomina “oriente” y junto a otras características (color, tamaño, forma, etc.) marcarán la belleza y calidad de la perla.
Otras interesantes clasificaciones de las perlas
En función de su forma
- Clásica: que pueden ser redondas, gotas o botón.
- Barroca: que pueden ser Círculos, Semibarrocas o Barrocas
En función de la superficie
- Sin marcas
- Algo marcada
- Marcada
En función de su lustre
- Alto lustre
- Lustre medio
- Poco lustre
En función de su tamaño
Las perlas se miden por su diámetro en milímetros. Pueden ser inferiores a un milímetro en el caso de perlas de semilla diminutas o medir hasta 20 milímetros, como las perlas grandes de los Mares del Sur.
El peso de las perlas se mide en gramos y en algunos lugares dicho peso se mide en granos. Un grano es la cuarta parte de un quilate, o sea 0,05 gramos. Veinte granos son un gramo.
En función de su color
Rosa púrpura; crema dorada; plateada; crema; berenjena; plata blanca; verdosa; gris plata; dorada; negra; blanca y azulada.
El color de la perla depende básicamente de la conquiolina del nácar, mientras que el oriente o brillo tiene su origen en la curvatura de las láminas de nácar de la capa externa, reflectante de la luz. Es importante que sepas que la calidad de la perla va por ello íntimamente ligada a la del nácar de sus láminas y, en particular, a su número, espesor y grado de deshidratación de estas.
¿Qué tipo de perlas podemos encontrar en joyería?
Ahora vamos a hablar de los cuatro grandes tipos de perlas que podemos encontrar en las joyerías y cuyos términos ya nos pueden resultar familiares.
1. Perlas blíster: se forman adheridas a la concha, tienen aspecto más o menos aplanado y solamente están nacaradas por un lado. La más famosa de las perlas blíster es la perla mabe o perla compuesta japonesa, producida por la ostra Pteria Penguin.
2. Perlas quiste: se originan en un saco perlífero y tienen un aspecto redondeado, ovoideo o en forma de pera, con la superficie completamente nacarada. Son las más preciadas.
3. Perlas barrocas: son perlas originadas también en un saco perlífero, pero que presentan formas irregulares.
4. Aljófar: pequeñas perlas, de forma irregular y de poco valor.
Y hasta aquí este básico acercamiento al mundo de las perlas. Continuaremos profundizando en la materia en futuros artículos.
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